Realmente no es el primero... pero sí el primero de mi "nueva caída". Ayer pasé el día en el hospital con un familiar, y decidí ayunar: en parte porque es bueno de vez en cuando, pero también porque en esas circunstacias uno no tiene hambre de nada. No desayuné, no comí y al llegar a casa por la noche, no cené. ¿Y sabeis que? Fui feliz. Porque he aguantado todo el día, porque mi fuerza de voluntad sigue a mi lado aunque a veces no la vea y porque he bajado un poquito de peso. Y a estas horas aún continúo con el ayuno. Me he cabreado con mi novio y le he dicho que no iba a comer. Cuando venga le diré que comi algo, mancharé un plato y solucionado. Lo importante es que me siento bien y espero no recaer a los pies de la nevera.
Es la primera vez que ayuno en esta etapa... y me está sentando muy bien.
Es la primera vez que ayuno en esta etapa... y me está sentando muy bien.