
Después de un verano lleno de comida, cuando parecía que Mia se había marchado (y yo la habia dejado ir).. ha vuelto. No quiero volver a fiarme de ella siempre... pero lo cierto es que cuando la necesito siempre viene. Y hoy la necesité. Ya sabeis que a mi novio le encanta comer... hoy preparó uno de los platos que más nos gustan a los dos (porque cuanta más grasa más bueno está?) y tuve que comer. Cuando ya no podía más le he dicho que me iba al baño. - ¿A qué?, me dice. - Creo que me ha sentado mal, me están dando arcadas. - Ah, vale.
¿Es normal que ni se haya inmutado? Procuro esconderme lo más posible detrás de mil y una excusas para no comer, o para ir al baño, o para vomitar. No quiero que sospeche lo más mínimo, prefiero seguir sola en esto. Esta noche le diré que me duele el estomago por lo de la mañana... y supongo que volverá a colar. Que tengais una feliz semana mis princesitas!